martes, 2 de septiembre de 2014








Teba Fernández apuesta por una educación integral ya que “no se puede enseñar solo con las herramientas del pasado para formar a ciudadanos del futuro”

Teba Fernández dice que la sociedad actual debe tender hacia una educación integral que abarque la formación de la afectividad, la creatividad, el pensamiento crítico, la interacción social y la sinergia de los distintos tipos de inteligencia y considera que “no se puede enseñar solo con las herramientas del pasado para formar a ciudadanos del futuro”.

Eva Teba Fernández, socia y cofundadora de Educando Consultoría, responsable de calidad del Colegio Ramón y Cajal de Madrid y directora del curso de Especialista en Inteligencias Múltiples y Aprendizaje Cooperativo de la Universidad Camilo José Cela, será una de las ponentes en el evento internacional Educando para Emprender que la Asociación Sentia ha organizado para los días 19 y 20 de septiembre en la Universidad Politécnica de Cartagena.

En su ponencia Aprendizaje cooperativo: sinergias para construir una sociedad más creativa y solidaria, ahondará sobre un nuevo modelo educativo que la sociedad  reclama a la escuela y a la universidad y que “debe promover la solidaridad y la creatividad”.

Teba Fernández considera “complejo” poder establecer una cultura cooperativa en los centros “si los profesores se sienten solos en las aulas” y apunta que se están dando pasos de gigante en la última década en este sentido “aunque aún falta bastante concienciación y formación docente en España”.

La ponente se apoya en el último informe TALIS 2013 que la OCDE publicó el pasado 25 de junio, en el que se recoge que los profesores españoles perciben su tarea como individual y no como colaborativa.

Teba Fernández explica que en sus experiencias sobre el aprendizaje cooperativo ha comprobado que “los alumnos aprenden a ayudarse y a respetarse y no a competir”, que se les asignan tareas y los estudiantes constatan que “se pueden llegar a las soluciones requeridas por caminos diferentes y creativos y no solo por el que marque el profesor”, se mejora igualmente el ambiente en las aulas y “los alumnos se hacen más autónomos y mejoran su autoestima”.

Añade que con esta metodología, el aprendizaje se produce “de forma más sólida y estimulante”, el alumno desarrolla un “espíritu más crítico” hacia su propio trabajo  y “un mayor respeto y tolerancia hacia el compañero”.

Desde el punto de vista cognitivo y no social, dice Teba Fernández que el aprendizaje cooperativo favorece el desarrollo de las llamadas “habilidades de nivel superior en el cerebro”  que comprenden la capacidad de análisis, síntesis y la creatividad, atiende a las inteligencias múltiples y a los distintos estilos de aprendizaje, adaptándose al ritmo natural de concentración del cerebro.

Dice la ponente que la escuela es una “microsociedad” donde debemos evitar modelos de enseñanza que promueven la estandarización, la convergencia y la falta de personalización del proceso de aprendizaje, y en lugar de ello fomentar en los alumnos las “capacidades superiores del cerebro”, que según Teba Fernández “son hoy en día más necesarias que nunca para superar el presente contexto de crisis con garantías de éxito”.


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